La factura electrónica en Latinoamérica

La factura es un documento que tiene como objetivo facilitar la documentación y el registro de operaciones comerciales como compra y venta de productos o de prestación de servicios entre las partes involucradas. La emisión de la factura electrónica varía según el país, aunque el empleo de estas ha crecido sustancialmente en América Latina en la última década, el emitir una factura electrónica genera muchas ventajas a los negocios y preserva al medioambiente; y esto lo tienen muy presente distintos países.

En algunos países de Latinoamérica ya están tomando la medida electrónica como Chile que fue pionero en la introducción de la facturación electrónica en el 2003; posteriormente a mediados de 2017 Argentina, Brasil, Ecuador, México, Perú y Uruguay ya cuentan con esquemas de facturación electrónica avanzados y maduros. Otros países también optaron por esta medida como Colombia, El Salvador, Guatemala, entre otros. En el caso de Brasil, los requisitos varían según el estado donde se encuentre el negocio. En Chile, el empresario chileno puede usar el sistema gratuito del SII (Servicio de Impuestos Internos) u otra herramienta, pagada o desarrollada por la propia empresa.

El Perú en este aspecto se ubica entre los cinco países más avanzados de la región, existen dos tipos de formas de emitir factura electrónica: la primera es con el aplicativo de la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat) y la otra es a través de software propio de cada empresa. Más de 100.000 empresas han implementado ya la factura electrónica, de acuerdo a la SUNAT y esto ha contribuido a que hoy sea uno de los países de América Latina con mayor avance en la materia. El objetivo país es que entre el periodo del 2019 y el 2020 todas las compañías emitan comprobantes de pago electrónico.

Si bien, los beneficios para las empresas del cómo favorece dar este paso hacia lo digital, incentiva a las empresas a optar esta medida ya sea de manera voluntaria o obligatoria. Las principales ventajas son la reducción de tiempos, disponibilidad (al estar en la nube, puedes acceder a los documentos en cualquier momento y lugar), el ahorro y conservación del medio ambiente al eliminar el registro impreso, agiliza la toma de decisiones, seguridad y validez legal, multicanal (emite por distintos medios), punto aparte es un incentivo para la modernización y digitalización de las empresas; con la factura electrónica todos los procesos posteriores se simplifican sustancialmente, es decir, facilita generar el registro de las compras y ventas, además de tener la trazabilidad de sus bienes, entre otros.

La Sunat, en el Perú inició el proceso de masificación de la facturación electrónica desde el 2012, implementando periódicamente un cronograma de obligatoriedad de los contribuyentes, según el último reporte presentado, al cierre del año 2018 se registraron más de 203 mil nuevos emisores y se enviaron 263 millones de facturas digitales, y se emitieron un aproximado de 1.756 millones de comprobantes electrónicos. Se tiene estipula que para el 2019, los contribuyentes obligados que se incorporarán al sistema de emisores electrónicos son: las empresas del sector financiero que realicen operaciones gravadas con el IGV y las compañías que al 31 de diciembre del 2018 registraron ingresos mayores o iguales a 150 UIT. Y para este año, se alcanzaría 2.417 millones; y, para el 2020, los 3.105 millones de operaciones. La Sunat tiene el objetivo de lograr una facturación electrónica al 100% en los próximos dos o tres años.

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